Un hombre se presenta en la feria para vender su trigo. Lo acompañan su esposa y una
joven y bella hija. Inevitablemente, la historia se decanta por los líos propios del
romance más que del comercio. Un chico se prenda de la joven y gana el favor del
suegro en el fragor de la taberna.
El relato se desvía hacia una leyenda local que asegura que el diablo, sí, el mismísimo
diablo ronda el lugar de la feria y se pasea entre los concurrentes.
El personaje maligno busca su casaca roja, que está repartida en jirones por todo aquel
territorio desde hace tiempo.