En esta crónica, Juan David Correa recuerda a sus abuelos que vivieron en Armero hasta el 13 de noviembre de 1985, cuando una avalancha de barro sepultó el pueblo. Pasados más de treinta años, reconstruye la historia de una familia y un territorio afectados por la dolorosa convergencia de las fuerzas naturales y un gobierno negligente. Este es un intento por entender y una reflexión sobre cómo narrar la tragedia. Es también una invitación a escuchar estas voces para salvarlas del olvido.