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Barbara Pym

  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    Pero somos tan distintos… Nos conocimos en una fiesta durante la guerra y nos enamoramos de esa manera estúpidamente romántica tan frecuente en aquel entonces. Ya sabe
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    Es ahora cuando estallan —rió la señora Napier—. Siempre he pensado que los curas necesitan esposas para que les ayuden en la labor parroquial, pero me imagino que casi toda su feligresía se compone de devotas maduras sin mucho que hacer, así que está bien. Santurronas, ya sabe
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    Bueno, hice aquel viaje científico a África cuando él estaba fuera y conocí a Everard Bone, que estaba allí en el ejército. Es antropólogo también. Puede ser que lo haya visto en la escalera.
    —Ah, sí, creo que sí. Un hombre alto y rubio.
    —Hemos trabajado mucho juntos, y eso crea un vínculo especial, el haber trabajado con una persona me refiero. Rockingham y yo no lo tenemos
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    Naturalmente —continuó mi vecina—, cuando te enamoras, todo lo que tiene la otra persona te parece delicioso, sobre todo si pone de manifiesto la diferencia entre los dos. Rocky es muy ordenado y yo no
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    Quizá me estaba volviendo «solteril» y «rígida» en mis costumbres, pero me irritaba que me hubieran despertado
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    No soy yo quien debe decirlo, señorita Lathbury. Pero no es natural que un hombre no esté casado.
    —Los clérigos no siempre quieren casarse —expliqué—, o creen que es mejor no hacerlo.
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    Las parejas de casados que yo conocía parecían bastante contentas o, si no lo estaban, no hablaban de sus dificultades con gente relativamente desconocida.
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    Aunque no es más que un detalle —añadí—, y no debería afectar a una relación más íntima.
    —Usted no se ha casado, por supuesto —dijo poniéndome en mi sitio entre las filas de mujeres excelentes—. Oh, en fin... —Se encaminó hacia la puerta—. Supongo que cada cual debe seguir su camino. En eso se convierte la mayoría de los matrimonios, y podría ser peor
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    Me sentía mucho más a gusto con Winifred y Julian Malory, con Dora Caldicote y las personas dignas, aunque poco interesantes, con quienes trataba en mi trabajo o en relación con la Iglesia
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 2 år siden
    Fue realmente desafortunado que Helena Napier no estuviese en casa cuando llegó el telegrama. Las esposas tendrían que estar esperando a que sus maridos regresaran de las guerras, pensé, aunque acaso no fuera razonable cuando unas horas de avión pueden transportar a un marido desde Italia a Inglaterra
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