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Ediciones Manantial

  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    Mientras no se lo piense, el pensamiento nazi permanecerá entre nosotros impensado y, por consiguiente, indestructible.

    Cuando se dice con ligereza que lo que hicieron los nazis (el exterminio) es del orden de lo impensable o lo inabordable, se olvida un punto capital: que lo pensaron y lo abordaron con el mayor de los cuidados y la más grande de las determinaciones.

    Decir que el nazismo no es un pensamiento o, en términos más generales, que la barbarie no piensa, equivale de hecho a poner en práctica un procedimiento solapado de absolución. Se trata de una de las formas del “pensamiento único” actual, que es en realidad la promoción de una política única. La política es un pensamiento, la barbarie no es un pensamiento: por lo tanto, ninguna política es bárbara.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    De hecho, la ecuación moral que identifica lo “impensable” nazi (o stalinista) con el Mal es una teología débil. Pues somos herederos de una larga historia, la de la identificación teológica del Mal con el no ser. En efecto, si el Mal es, si hay una positividad ontológica del Mal, debe deducirse que Dios es su creador y por lo tanto su responsable.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    Una de las verdades del siglo es que las democracias aliadas en guerra contra Hitler casi no se preocupaban por el exterminio. Estratégicamente, estaban en guerra contra el expansionismo alemán y en modo alguno contra el régimen nazi. Tácticamente (ritmo de las ofensivas, lugares de los bombardeos, operaciones comando, etc.), ninguna de sus decisiones tenía el objetivo de impedir y ni siquiera limitar el exterminio. Y ello a pesar de que desde los primeros momentos estuvieron perfectamente al tanto de su existencia.
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  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    No tengo la intención de rehabilitarlo; sólo quiero pensarlo y, por lo tanto, disponer su ser-pensable. Lo que debe suscitar interés no es, en primer lugar, el “valor” del siglo ante un Tribunal de Derechos del Hombre tan mediocre en el plano intelectual como el Tribunal Penal Internacional instalado por los norteamericanos lo es en el plano jurídico y político. Intentemos, mejor, aislar y abordar algunos enigmas.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    Admitamos que el nuestro es el siglo en que, como decía Malraux, la política se convirtió en tragedia.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    En el fondo, a partir de determinado momento, el siglo se obsesiona con la idea de cambiar al hombre, de crear un hombre nuevo. Lo cierto es que la idea circula entre los fascismos y los comunismos, y las estatuas son más o menos las mismas, la del proletario de pie en el umbral del mundo emancipado, pero también la del ario ejemplar, el Sigfrido que da por tierra con los dragones de la decadencia. Crear un hombre nuevo equivale siempre a exigir la destrucción del viejo. La discusión, violenta e irreconciliable, se refiere a la definición del hombre antiguo. Pero en todos los casos el proyecto es tan radical que en su realización no importa la singularidad de las vidas humanas; ellas son un mero material. Así como, arrancados a su armonía tonal o figurativa, los sonidos y las formas son, para los artistas del arte moderno, materiales cuyo destino debe reformularse. O así como los signos formales, despojados de toda idealización objetiva, proyectan la matemática hacia una consumación susceptible de mecanizarse. En ese sentido, el proyecto del hombre nuevo es un proyecto de ruptura y fundación que exhibe, en el orden de la historia y el Estado, la misma tonalidad subjetiva que las rupturas científicas, artísticas y sexuales de principios de siglo. Es posible sostener entonces que el siglo fue fiel a su prólogo. Ferozmente fiel.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    Pues es así: la ciencia, y ésa es su grandeza, tiene problemas; no tiene proyecto. “Cambiar al hombre en lo que tiene de más profundo”
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    fue un proyecto revolucionario, sin duda un mal proyecto, y se convirtió en un problema científico o acaso solamente técnico; en todo caso, un problema que tiene soluciones. Sabemos o sabremos hacerlo.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    Con la salvedad de que habremos pasado, poco a poco, del orden del proyecto al orden de los automatismos de la ganancia. El proyecto habrá matado mucho. El automatismo también, y seguirá haciéndolo, pero sin que nadie pueda designar un responsable. Convengamos, para dar razón de ello, que el siglo ha sido la ocasión de vastos crímenes. Agreguemos que no ha terminado: los criminales nominales son sucedidos por criminales tan anónimos como lo son las sociedades por acciones.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    Ahora bien, lo que no se piensa insiste. Al contrario de lo que suele decirse, la prohibición de una repetición proviene del pensamiento y no de la memoria.
  • Miguel Ángel Vidaurrehar citeretfor 3 måneder siden
    El siglo” del poeta ruso Osip Mandelstam constituye sin duda alguna un documento ejemplar. Tanto más cuanto que data
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