Solo la vida real tiene tanta fantasía”. Svetlana Alexiévich, La guerra no tiene rostro de mujer
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El frío se cura con pan, nuestros desacuerdos también.
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Quizás el matrimonio nutre alguna suerte de telepatía y se acaba porque uno termina por descubrir todas las mentiras que el otro es capaz de decir
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La habitación no huele a nada. Está esterilizada, preparada para recibirte. Sutil. Te abraza en silencio. Hay lugares que no dicen nada
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se obsesiona con las cosas bien. Bien dichas, bien hechas, bien catalogadas
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No entiendo si debería pedirle a alguien una gillette y depilarme las piernas, las axilas. Tengo pelos, pelos de invierno y lo confieso por lo bajo
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No puedo ocuparme de lo urgente. Yo. Todavía no reconozco niveles de urgencia
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que tome todas las decisiones alrededor de mi cuerpo, su presente, su futuro, sus condiciones y condicionantes
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Le respondo con una sonrisa que es agradecimiento, tristeza, amor e incapacidad, y también con el entrecejo apretado porque cada movimiento duele y no siento nada de lo que hacen sus manos
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El frío y el miedo se parecen
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