Roxane Gay

¿Cómo dar con el lenguaje necesario para hablar de las desigualdades y las injusticias que afrontan las mujeres, sean grandes o pequeñas?

Recibí un montón de mensajes y e-mails de preocupación, y tuve que enfrentarme a algo que durante mucho tiempo había pretendido que no era cierto, por razones que no comprendo del todo. Si me moría, habría personas que sufrirían mi marcha. Por fin reconocí que le importaba a la gente que formaba parte de mi vida, y que tenía la responsabilidad de importarme a mí misma y de cuidarme para que no tuvieran que perderme antes de que hubiera llegado mi hora, para tener algo más de tiempo.

Me atrae la idea de que la mente, el alma, pueden curarse con tanta eficacia como los huesos, de que si se los configura correctamente durante un periodo de tiempo determinado, recobrarán su fuerza original. Pero la curación no es tan simple. Nunca lo es.

En mi novela, An Untamed State, después de que la protagonista, Miri, haya pasado por un infierno, pienso en cómo a veces lo que se ha roto necesita romperse más antes de poder cicatrizar de verdad.

La más profunda de todas ellas fue que una parte de la sanación consiste en cuidar de tu cuerpo y aprender a tener una relación humana con él.

Me pregunto si sabe que pienso en él cada día. Digo que no, pero lo hago. Él siempre está conmigo. Siempre. No tengo paz.

Esto es una autobiografía de mi cuerpo porque, por regla general, las historias de cuerpos como el mío se ignoran, desestiman o ridiculizan.

¿Qué dice de nuestra cultura el hecho de que el deseo de perder peso esté considerado como una característica predeterminada de la condición de ser mujer?

Mi historia no es una historia de éxito. Mi historia es, simplemente, una historia verdadera.

Estoy decidida a ser más que un cuerpo, más que todo lo que mi cuerpo ha soportado, en lo que se ha convertido.