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Kirsti Baggethun

  • Fernando Bravohar citeretfor 2 år siden
    que nuestras vidas están escritas en nuestras caras y cuerpos, pero en un lenguaje tan desconocido que ni siquiera sabemos que se trata de un lenguaje.
  • Fernando Bravohar citeretsidste år
    empecé a pensar que el conocimiento académico, la experiencia académica y el entendimiento tampoco era nada más que una defensa contra la vida al desnudo. Y que la mayoría de los libros, películas y obras de arte también lo eran.
  • b2320359856har citeretfor 2 år siden
    irritación no es nada en comparación con la vergüenza.
  • GisEllahar citeretsidste år
    Al ver a su madre Silja tan infinitamente muerta y perdida, lo único en lo que pensó fue en Alida. En su larga melena oscura y en sus ojos negros. En todo lo suyo. Asle tenía a Alida y ella era lo único que le quedaba, lo único en lo que pensaba. Asle acercó la mano a la cara fría y blanca de madre Silja y le acarició la mejilla. Ya solo le quedaba Alida. Eso pensó.
  • GisEllahar citeretsidste år
    Así son las cosas, los hay que son propietarios de algo y los hay que no lo son, dice
    Y los propietarios mandan sobre los que no tenemos nada, dice
    Supongo que sí, dice Asle
    Y así tiene que ser, dice Alida
    Así tendrá que ser, dice Asle
  • GisEllahar citeretsidste år
    ella lo ve sentarse y colocarse el violín bajo la barbilla y empezar a tocar y, al instante, algo se le movió por dentro y Alida empezó a elevarse en el aire y en la música de Asle oyó el canto de su padre Aslak, y oye su propia vida y su propio futuro y sabe lo que sabe y entonces está presente en su propio futuro y todo está abierto y todo es difícil, pero ahí está la canción, una canción que debe de ser lo que llaman amor, de modo que se conforma con estar presente en la música y no quiere existir en ningún otro sitio
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    Dylgja, donde apenas había unas pocas granjas y alguna casita de pescadores
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    aunque lo de ser músico quizá hubiera que verlo más bien como una desgracia, dijo padre Sigvald, pero cuando se era músico, se era músico y, una vez que lo eras, ya nada se podía hacer, seguramente, al menos eso pensaba él, dijo padre Sigvald y si alguien le preguntara a qué se debía, respondería que debía de tener que ver con el dolor, con el dolor por algo o solo con el dolor, y padre Sigvald dijo que al tocar, el dolor podía aliviarse y transformarse en vuelo, y que el vuelo podía transformarse en alegría y felicidad, y por eso había que tocar, por eso tenía que tocar él y algo de ese dolor debían de compartir también los demás y por eso había tanta gente a la que le gustaba escuchar música, así creía él que era, porque la música elevaba la existencia y le proporcionaba altura, ya fuera en bodas o funerales, o cuando la gente sencillamente se reunía para bailar y festejar, pero por qué justamente les había tocado a ellos el destino de ser músicos, eso no lo sabía padre Sigvald, claro, y no es que él hubiera tenido nunca mucho juicio ni muchas luces, pero era un músico muy aceptable desde que era muchacho, desde que tenía la edad de Asle, del mismo modo que Asle era ya un músico muy aceptable, Asle y él se parecían en muchas cosas, dijo padre Sigvald, y de la misma manera en que él, a la edad de Asle, acompañaba a su padre cuando el abuelo de Asle tocaba en las bodas, así acompañaría ahora Asle a padre Sigvald, así aprendería y, a finales de verano, le dejaría acompañarlo también cuando tocara en los bailes, y en los convites funerarios, igual que había acompañado él a su padre a las bodas, los bailes y los convites funerarios, aunque otra cosa, dijo padre Sigvald, era que eso le gustara, otra cosa era que le gustara que su hijo también fuera a ser músico, pero eso no iba a preguntárselo nadie, el destino del músico no pregunta y quien carece de propiedades tiene que salir adelante con los dones que Dios le ha concedido, así era la cosa, así era la vida
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    entonces el padre le pasó el violín y le dijo que él también tenía que calentar un poco, calentarse él y calentar el violín, la música siempre suena mejor cuando se hace así, cuando se calienta poco a poco, cuando se empieza desde casi nada para luego ir subiendo, desde la nada hasta lo inmenso,
  • Tess Pedrohar citeretsidste år
    , no Asle, y ahora Alida no es Alida, sino Åsta
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