Quiero a mi madre, la quiero demasiado, pero de una forma que me resulta difícil definir, de una forma que hace difícil, casi imposible, decírselo de verdad alguna vez. Pero con todo la quiero. Tanto que no quiero que tenga un hijo como yo. Ojalá pudiera encontrarle un sustituto. Me gustaría porque no creo que cambiar sea una de mis opciones.