Alhenamedia

  • Talia Garzahar citereti går
    En el momento de partir me hizo prometer que le escribiría, no una carta, sino tres o cuatro volúmenes llenos de ellas. Tenía razón usted, que no en vano me sabe apasionado para las cosas grandes y olvidadizo para las pequeñas, presto a dar pero no a dar a cambio de poco. Se lo prometí; y, como ve, al llegar a Bayona empiezo a cumplir mi promesa.
  • Talia Garzahar citereti går
    me hago en absoluto el modesto y no oculto que estas cartas que le dirijo se imprimirán. Confieso incluso, con la impertinente ingenuidad que, según sea el carácter de quienes me frecuentan, me granjea
  • Talia Garzahar citereti går
    público, transcurridos quince años desde que me puse en contacto con él por primera vez, ha tenido a bien acompañarme por los diferentes senderos que he recorrido y que, a veces, yo mismo he trazado a través de este vasto laberinto de la literatura, desierto siempre árido para unos, selva siempre virgen para otros. Espero, pues, que en esta ocasión me acompañe de nuevo con su habitual benevolencia por el familiar y caprichoso camino desde donde le hago señas para que me siga y por el que voy a adentrarme por primera vez
  • Talia Garzahar citereti går
    a la libertad epistolar, libertad casi ilimitada, que permite descender a los detalles más vulgares y alcanzar los temas más elevados.
  • Talia Garzahar citereti går
    Vea pues lo que le propongo. En esa bella Italia que tanto ama usted hay tres mujeres benditas que tres divinos poetas hicieron célebres. Estas mujeres se llaman: Beatriz, Laura y Fiametta.
  • Talia Garzahar citereti går
    Quería que otro fuera feliz allí donde él mismo lo había sido.
  • Talia Garzahar citereti går
    Porque, en algunas almas —las que sienten con fuerza, sinceridad y profundidad—, existe una invencible necesidad de compartir con los demás las impresiones que han recibido; les parece que, guardar para sí mismas esos asombros del pensamiento, esos sublimes estremecimientos del corazón que siente toda organización superior ante las obras de Dios o las obras maestras de los hombres, sería un egoísmo estrecho y vulgar. Buckingham dejó caer un diamante magnífico en el mismo lugar donde Ana de Austria le había confesado que le amaba.
  • Talia Garzahar citereti går
    nunca he visto a un mulero indígena despertarse por culpa de una pulga autóctona
  • Talia Garzahar citereti går
    Esta ausencia total de vida y de vegetación confiere al paisaje una aspereza que redobla su grandeza. Todo se impregna del carácter del lugar, incluso los espíritus más rebeldes, y se necesita por lo menos la individualidad francesa seis veces repetida en nuestras personas para resistir a este tinte de tristeza y salvajismo que el suelo sobre el que caminamos parece reflejar sobre el viajero.
  • Talia Garzahar citereti går
    De modo que nos vimos forzados a dejar que el tiempo, ese gran revelador de todos los misterios, nos revelase también este. Montamos en las mulas, que parecían completamente remozadas gracias a la buena noche que habían pasado, y tras hacer provisión de vino, nos pusimos en marcha dejando a la Providencia, que la víspera se nos había aparecido bajo la forma de un cazador furtivo, que se ocupara de facilitarnos el resto.
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