Patricia Arredondo

  • Fernanda Briseñohar citeretfor 2 år siden
    ella no creyó nunca en la generosidad de los hombres
  • Fernanda Briseñohar citeretfor 2 år siden
    La tristeza se incorporó a tu piel, tus músculos, tus órganos y tus huesos.
  • Fernanda Briseñohar citeretfor 2 år siden
    Crecí en la cocina de una casa donde los hombres eran figuras de dioses ausentes, voces, tiranos cuyas leyes nos hacían dóciles. Pero para mí dios nunca fue un padre, fue una madre. O muchas. Murieron para salvar. Entre las ollas y la leña recibí la bendición del fuego, y sin embargo odié limpiar la carne y lavar las verduras. Me alejé de esas compasivas diosas y a los ausentes dije: no quiero un dios que me obligue a hincarme al imaginar su presencia. La deidad que conozco habita entre los fogones y aun si mi fe permanece intacta, ya no visito su iglesia.
  • Mel Isahar citeretfor 2 år siden
    El hambre le enfrió la sangre.
  • Mel Isahar citeretfor 2 år siden
    El dolor nos ha dado casa y comida
  • Mel Isahar citeretfor 2 år siden
    La sangre reproduce
    el apellido, la enfermedad y el odio.
  • ALONDRA DANIELA RUIZ GIRONhar citeretsidste år
    Las venas en su cuello tiemblan como si una multitud ardiendo las habitara
  • ALONDRA DANIELA RUIZ GIRONhar citeretsidste år
    Algo había en el fuego que si se lo llevaba a la boca, los gritos dejaban de ser su lenguaje
  • ALONDRA DANIELA RUIZ GIRONhar citeretsidste år
    recibiera el castigo de ser picoteada por un dolor más bravo que las águilas
  • ALONDRA DANIELA RUIZ GIRONhar citeretsidste år
    El dolor nos ha dado casa y comida.
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