Su mefítico vocabulario incluía descripciones de lo que él entendía como esterilización, deportación y exterminio de los individuos de «razas inferiores». Esa publicación quincenal, que mostraba atrayentes portadas, cayó en manos de Hitler, quien absorbería su contenido con la avidez de una esponja.
Por entonces, los judíos eran quienes, a ojos de Hitler, representaban ese papel de «raza inferior». La capital austriaca contaba con una amplia colonia judía, tanto en las capas altas de la sociedad como en las más humildes. Estos últimos, carentes de medios, habían llegado desde la región de Galitzia y eran visibles en las calles de Viena al ir vestidos con el típico caftán y mostrar largas barbas y tirabuzones en las sienes. Por su parte, los judíos mejor situados jugaban un papel pre