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Nick Hornby

  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    Nunca había llorado en traje de baño; bueno, al menos no desde que era adulta. Los trajes de baño no eran para llorar cuando se llevaban puestos, con lo del sol y la arena y el vocerío y los chicos con los ojos desorbitados y al acecho.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    se trataba de un día aún más pequeño de lo que ella se temía que iba a ser.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    Lo único que tenías que hacer, al parecer, era pedir una versión inferior de la vida que habías llevado hasta entonces, y Londres te la proporcionaba. A Londres no le importaba de dónde venías, siempre que no te importara que el estanquero y el cobrador del autobús se rieran de tu acento y repitieran tus palabras cada vez que abrías la boca
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    Lucille Ball la había convertido en una especie de mártir de la ambición.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    Barbara sacudió la cabeza, ávida de noticias de alguien que hubiera encontrado algún túnel secreto que partiera de la tienda y desembocara en la industria del espectáculo.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    –Era la chica a la que pillaron tonteando con un cliente en el lavabo de caballeros de la tercera planta, y que luego confesó que había robado una falda. Solía comprar The Stage todas las semanas.
    Barbara, lejos de arredrarse ante aquella historia con moraleja, empezó a comprar The Stage
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    Hacer reír a la gente implicaba bizquear y sacar la lengua y decir cosas que podían sonar estúpidas o ingenuas, y ninguna de aquellas chicas de labios pintados de rojo y fulminante desdén por todo aquel que fuera viejo o vulgar haría jamás nada de eso.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    –Oh, no, no pretendo ligar contigo –dijo Brian–. No es sexo. Es algo aún más sucio. Quiero ganar dinero contigo. Soy agente de talentos.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    Cariño, lo único que tienes que hacer es quedarte ahí de pie, y la gente no parará de echarme dinero. Y yo te daré una parte. Es el juego más sencillo del mundo, sinceramente.
    –Suena como el juego más antiguo del mundo.
  • Katia Escalantehar citeretsidste år
    El deseo de actuar era una verdadera maldición en la vida de Brian. Todas aquellas chicas curvilíneas y hermosas..., y la mitad de ellas no querían aparecer en calendarios ni participar en inauguraciones. Querían tres líneas en una obra de la BBC sobre madres solteras que trabajaban en las minas de carbón. Brian no entendía ese impulso, pero cultivaba los contactos con productores y agentes de casting, y mandaba a las chicas a pruebas y audiciones. Se volvían mucho más dóciles después de haber sido rechazadas repetidas veces.
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