Axa Velasquez

Siempre me ha sorprendido que, pese a que los hombres aseguran ser el sexo fuerte, no he conocido a ninguno con el valor de admitir que existe la posibilidad de que una mujer no se esté haciendo la difícil ante sus encantos y que, simplemente, no sienta el más mínimo interés en él.

Yo no consideraría honrado a nadie que tenga la osadía de admitir con tanta naturalidad que usa seres humanos para satisfacerse, aun sabiendo que va en contra de sus deseos

«sororidad». Representa la unión que hay entre todas las mujeres, la «fraternidad» de nosotras. No significa que debemos llevarnos bien, pero sí que somos empáticas unas con otras, que comprendemos lo que es ser quienes somos en el mundo que nacimos.

Desigualdad de condiciones implican distintos modos de surgir

No solo las mujeres sufrimos con este sistema, los hombres se niegan a sí mismos demasiadas cosas por miedo a parecerse a nosotras, y eso solo afianza la evidencia de que vivimos en una tangente desigualdad.

Los hombres nos escogen a nosotras, debemos ser madre, es una imposición a la que ninguna puede escapar. La alternativa es la desgracia social, ser vistas como inútiles, egoístas, blasfemas.

todo gobierno es opresor para alguien

Yo no quiero que me invite de una mejor manera, quiero que respete mi decisión. Le he dicho que no en cada idioma que conozco. Sus innumerables intentos no son románticos, son molestos: es acoso.

¿Quién va a querer el cambio de un sistema que se inclina por completo a tu favor?

Lo que más amo de estar contigo es que estar juntos no implica que tengamos que renunciar a nosotros mismos. Es esa certeza de que mañana, si tuvieras que dejarme por perseguir tu sueño, lo harías y yo me quedaría aquí, para adorarte, pero feliz por ti. Me gusta que seamos individuos que se quieren y no... «uno solo»