Se había instalado una atmósfera extrañamente apagada, como la que se experimenta después de una sesión de cine absorbente en la que el público se queda pegado a los asientos buscando reponerse y reunir las fuerzas necesarias para abandonar la sala.
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Puedes acabar hundido si no eres capaz de apartarlo de tu cabeza y reconocer que a veces la suerte y las casualidades están del lado del delincuente
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Saltó rápidamente a la cocina, y cuando volvió, los dientes del cuchillo de acero se habían abierto camino a través de la fina piel de su cuello mientras la sujetaba con fuerza.
Marta Rimoldihar citeretsidste år
Hollændervej, en el barrio de Frederiksberg
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potentes focos de la policía
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los que conocen bien el barrio dividen por calles la zona del Matadero
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de homicidios de la Jefatura Superior
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muy triste, lloraba.
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unos mil euros,
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en el orfanato. Naturalmente, tenemo
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