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Ivan Jablonka

  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Al final de un juicio, comenta, es costumbre que los abogados vayan a rendir pleitesía al presidente del tribunal, y se produce un intercambio de bromas finas en un tono juguetón a unos metros de la desgracia. Esa cortesía de casta da lugar a escenas surrealistas, como antaño los cumplidos entre oficiales en los campos de batalla. Pero a veces sucede que el presidente llora en medio de la audiencia, cuando los hechos o los testimonios son demasiado duros.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Generación digital que vive amistades a distancia, pero también de modo aislado, fragilidad de los lazos sociales, jóvenes que trabajan a partir de los dieciséis o diecisiete años, no motorizados.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    En realidad, se trata del mismo encuentro. Porque cuando vio entrar a Jessica en su oficina, aún tenía presente el rostro de su melliza, tumefacto y ennegrecido por el fango, bajo la carpa del médico forense a orillas del Trou bleu. Al ver la cara de Laëtitia en el cuerpo de su hermana, sintió cierta turbación; pero jamás las emociones del hombre invadieron la esfera profesional.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    El examen anatomopatológico permite determinar en qué momento se infligieron los golpes en relación con el instante de la muerte. Se mide el flujo de sangre a partir de la herida. Si la víctima está muerta, ya no hay pulsión cardíaca, por ende, ya no hay circulación y la herida ya no sangra. Si la víctima aún está viva, la sangre sale a chorros, pues el corazón funciona como una bomba. En el caso de Laëtitia, los golpes fueron asestados peri y post mortem, es decir, unos segundos antes y después del fallecimiento.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Podemos decir entonces, como mínimo, que Laëtitia conoció tres categorías de violación en su vida: la violación intrafamiliar, de su padre a su madre; la violación semiincestuosa, de su padre de acogida a su hermana melliza; la violación extrafamiliar de la cual acusa a Meilhon. La garra masculina, por así decirlo.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Qué importa, entonces, que haya o no habido una agresión o tentativa de agresión a su persona: la dominación es en sí misma una forma de violencia. El abuso sexual que el señor Patron ejerció sobre Jessica durante años también y necesariamente debilitó a Laëtitia.

    Laëtitia deseaba con todo su ser tener una familia, entrar en un círculo relacional afectuoso. Frente a la perversión, es una víctima sin anticuerpos.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    «Uno se olvida de comer, de asearse. Se acuesta, no duerme. No tiene ni un solo instante para sí, no es dueño de sí mismo. Ya no somos nosotros».
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Consternación. Asco. Un hombre tan recto que no dejaba pasar una ocasión sin denunciar a los pervertidos, ¡a los delincuentes sexuales!

    Nadie hubiera pensado, nadie hubiera podido sospechar… Las últimas ilusiones —las mellizas al resguardo en casa de los Patron, una familia que apoya a Jessica tras el drama— se desmoronan. Es el caso dentro del caso, el horror dentro del horror, lo sórdido dentro de lo atroz.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Tiene el cerebro roído por el coñac y la coca, pero es un hombre inteligente, bastante elocuente, que tiene buena memoria, mucho vocabulario y un verdadero sentido de la réplica.
  • Lalo Hdezhar citeretfor 2 år siden
    Para Meilhon, una mujer es un consumible, medio objeto, medio prostituta. Tal es su uso, está hecha para eso. De ser necesario, se le da hachís, dinero, un teléfono, se la saca a pasear, después «la chica sabe lo que va a pasar». Meilhon también se refiere a los «rolletes»: se abren, se tratan, se tiran. Si la chica opone la más mínima resistencia, se pone en peligro. El sexo se funda en la violencia, pero la negativa a mantener sexo también acarrea violencia.
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