Naief Yehya

así como modifican la tierra, también pueden transformar nuestras percepciones al crear nuevas conexiones neuronales, las cuales nos permiten nuevas formas de pensar y ser.

silencio se rompió el 4 de mayo de 1915 cuando el prestigiado botanista estadounidense William E. Safford (1859-1926) declaró ante la Sociedad Botánica de Washington que tras buscar los famosos «hongos embriagantes» de los que hablaban los códices no había dado con ellos, por lo que seguramente no existían y simplemente los indígenas los habían confundido con cabezas de peyote

Los hongos (que incluyen levaduras, mohos y setas) no se consideran plantas porque son heterótrofos (a diferencia de las plantas que son autótrofas y producen su propio alimento) y no pueden fijar carbono mediante fotosíntesis, sino que usan el carbono de otros organismos para su metabolismo.

Lo que se propone aquí es una mirada escéptica y abierta a las experiencias y evidencias de milenios de relación entre el hombre y el hongo.

famosa Psilocybin: Magic Mushrooms Grower’s Guide, de O. T. Oss y O. N. Oeric.

El micelio es por tanto una unidad y a la vez una multitud, un individuo y un colectivo.

Todos los seres vivos somos un ecosistema, una colección de relaciones entre entidades.

Al considerar la abigarrada cooperación y dependencia de seres y organismos, es necesario preguntarnos: ¿de quién hablo cuando hablo de mí?

las psicotónicas producen un estado de estímulo y excitación

psicolépticas provocan una disminución de la tensión mental por lo que causan relajamiento y somnolencia;