Me hacía sentir salvaje, como un vagabundo o un chamán, o como un niño cualquiera (casi siempre necesitaba sujetarme con las dos manos). Ese mismo palo es hoy mi bastón, he envejecido apoyándome en él. No sé quién lo hizo, pero es uno de los objetos que más aprecio. Cuando estoy sensible, puedo sentir el alm