Esta es nuestra tesis: en el mundo actual hay una creencia un tanto irracional en el poder de la tecnociencia y, por momentos, parece como si ésta se hubiese convertido en una nueva religión. Como las religiones, se basa en el mito de que somos diferentes a los demás animales, ya que nosotros sí podemos cambiar el mundo, y nos ofrece sentido y esperanza en el futuro. De hecho, la ciencia se ha convertido en vehículo de ciertas necesidades que son de tipo religioso: creer en algo, sentirse trascendente o superior, tener esperanza. Es una ilusión, poderosa y necesaria, pero una ilusión. Y es que la necesidad de estas esperanzas salvadoras es consustancial al ser humano.