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Kate Bolick

  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    Durante los doce años que había vivido sola en la ciudad antes de casarse, había construido su propia formación y, así, había aprendido a escribir y a observar, a quedarse con los detalles que hacen que una historia suene bien. Se había hecho con la sutil coreografía de trabajar con editores: había aprendido a dejar que otra persona entrara en sus enmarañados y confusos procesos creativos y la orientara sin cambiar su rumbo
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    Llevaba tiempo intentando comprender por qué cuando las mujeres expresan sus ansiedades sobre el futuro —sus «yos temidos», como los denominaron Hazel Markus y Paula Nurius— suelen irse directas a la vagabunda loca (y a su «hermana», la loca de los gatos). A menudo se dice en broma, pero el chiste está demasiado generalizado como para qué no sea indicativo de algo. ¿Por qué, de todos los destinos posibles, éste resulta más aterrador que el resto?
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    Al principio pensé que se debía simplemente a que el espectro de la vagabunda loca estaba marcado tan a fuego en el imaginario colectivo femenino que no podemos librarnos de él. Luego me di cuenta de que estaba equivocada. Lo agobiante de la vagabunda no es sólo que ésta se vea arrojada a deambular por las calles, pasando frío y hambre, sino que es la prueba viviente de lo que significa no ser amada. Su aparición perdurará mientras las mujeres consideren que el amor de un hombre es la forma suprema de validarse ante la sociedad.
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    En última instancia, en el centro de cada escritor, hay un núcleo duro
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    Lo más aterrador de la vida reside, creo, en nuestra capacidad para no prestarle atención
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    A lo largo de los años he observado que sólo los hombres usan esa expresión —«no tener suerte en el amor»— en referencia exclusivamente a las mujeres sin casar, como si les resultara imposible comprender que la alegría, e incluso la felicidad, son posibles sin un hombre que ocupe el lugar central.
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    A los veintipocos años, «deseos de solterona» era la expresión en clave que usaba en secreto para referirme a los placeres novedosos de estar sola. A medida que me hacía mayor y sentía con mayor peso sobre mí la expectativa social del matrimonio, las palabras pasaron a ser más bien un SOS, una forma de imaginar con todo detalle cómo sería eso de sentar cabeza. La palabra deseo es fundamental. Un deseo es un anhelo, no un plan de acción. Precisamente, tal vez, por encontrar tanto sentido y satisfacción en mis relaciones es por lo que recurría a aquella fantasía de escapista no porque no quisiera aquellas relaciones, sino porque también quería encontrar otras vías de sentido e identidad.
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    Sólo ahora, al echar la vista atrás, me doy cuenta de que ese SOS acabó siendo además un refuerzo positivo: al estar siempre preguntándome por «mujeres ambiguas» —el maravilloso término de la investigadora Carolyn Heilbrun para quienes eligen no poner a un hombre en el centro de sus vidas— y conversar mentalmente con ellas, me convertí en una más.
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    una entrada del diario de Alcott, escrito el día de San Valentín de 1868, en el que la novelista, que no se casó jamás, menciona un artículo que acababa de escribir titulado «Happy Women» [Mujeres felices]. «Añado a mi lista a todas las solteronas ocupadas, útiles e independientes que conozco —señala Alcott— porque para muchas de nosotras la libertad es un marido mucho mejor que el amor.»
  • Edna Monteshar citeretfor 2 år siden
    Si estás soltera, ya sea por no haberte casado nunca, por haberte divorciado o por haber enviudado, puedes llevar la palabra solterona como un talismán, un recordatorio constante de que estás en muy buena compañía; de hecho, formas parte de una larga y noble tradición de mujeres, pasadas y presentes, que vivieron o viven a su manera.
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