Mira a tu alrededor. Hay muchas personas que poseen todas esas cosas, pero no conocen la tranquilidad, aún no son felices. Nunca sienten que tengan bastante de nada porque el pozo del deseo no tiene fondo. Si estamos sedientos pero seguimos ingiriendo sal, solo lograremos estar aún más sedientos. Necesitamos conocer las prácticas de tener los mínimos deseos y de «Con esto me basta». Cuando llegamos a comprender que ahora mismo ya tenemos lo suficiente, la sed se sacia, el ansia se calma y se hace posible la verdadera felicidad