El individuo forma un todo con su entorno, y no se puede crear inteligencia de forma ajena a este. Para explicar su postura, formuló lo que se podría traducir como «hipótesis de conexión al mundo físico»:86
Aceptar la hipótesis de la conexión al mundo físico como base para la investigación implica construir los sistemas de abajo arriba, esto es, se deben concretar las abstracciones de alto nivel. Los sistemas que se construyan deben ser capaces, en última instancia, de expresar todas sus metas y deseos como acciones físicas y extraer todo su conocimiento de sensores. Esto implica que el diseñador se verá obligado a formularlo todo de manera explícita. Cada atajo que se tome tendrá un impacto directo sobre la competencia del sistema, ya que las representaciones [simbólicas] de entrada/salida no dejan ningún margen.
La diferencia entre Rodney Brooks y otros críticos de la inteligencia artificial fue que no se limitó a avivar el debate de forma conceptual, sino que llevó su enfoque a la práctica, sobre todo en el MIT, en forma de todo tipo de robots con nombres como Allen, Herbert, Seymour, Toto, Genghis, Squirt, Tom y Jerry, y Labnav —cabe decir que la mayoría de estos nombres son ya, a estas alturas del libro, referencias bastante reconocibles—.
Estos cachivaches eran capaces, entre otras cosas, de sortear obstáculos (Allen), recoger latas vacías de refresco de las oficinas del MIT y tirarlas al contenedor de reciclaje (Herbert), adaptarse a terrenos irregulares (Genghis), detectar ruidos y seguirlos para luego esconderse de ellos (Squirt), guiarse por un sistema de visión (Toto)… Y lo llevaban a cabo de forma completament