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Cesar Aira

  • Josué Osbournehar citeretfor 8 måneder siden
    El olvido es más rico, más libre, más poderoso… Y en la raíz de esta idea onírica debió de haber algo de eso, porque esas profecías en serie, tan sospechosas, desprovistas de contenido como están, parecen ir a parar todas a un vértice de disolución, de olvido, de realidad pura.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    El otro se largó a llorar a gritos. Le había dado ese hipo de llanto... ¡Si lo conocería yo! La maestra pedía explicaciones a los gritos pero él no podía hablar. Era como si la pelea todavía persistiera en su corazón. Tan patético resultaba que la maestra lo abrazó y lo apretó contra su pecho. Adivinaba la explicación, que efectivamente salió entre sollozos turbulentos: “me insultó a la madre”. Ella lo calmaba, lo apretaba... Es que esa clase de maestras, las bravas, podían entender eso, después de todo era el mismo mundo en que vivían ellas
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    Pero mi magia empezó actuando sobre mí: una ensoñación melancólica transportó de pronto mi alma a una región muy lejana. ¿Por qué yo no tenía muñecas? ¿Por qué era la única niña del mundo que no tenía una sola muñeca? Tenía un papá preso... y no tenía una muñeca que me hiciera compañía. Nunca la había tenido, y no sabía por qué. No por pobreza o avaricia de mis padres (eso nunca es obstáculo para un niño), sino por otra razón misteriosa... Dentro del misterio, empero, la pobreza era una razón. Y ahora lo iba a ser más. Ahora íbamos a ser pobres de verdad, mamá y yo, abandonadas, solas. Por eso mismo, la muñeca se me presentó como un deseo agudo, doloroso. Con mi habitual estilo dramático, me dejé invadir por un discurso nostálgico, lleno de variaciones. La muñeca había desaparecido para siempre, antes de que yo aprendiera las palabras con las que pedirla, y dejaba un hueco aspirante en el centro de mis frases... Me vi como una muñeca perdida, arrumbada, sin niña...
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    La actitud de mis padres para conmigo tenía siempre el fondo de “esta vez has ido demasiado lejos”. Nunca era de “has vuelto desde demasiado lejos”, seguramente porque de ahí no se volvía.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    Todos los hombres presos eran mi papá. Y yo lo amaba. Si antes, al estar en sus brazos, al ir de su mano, había creído amarlo, ahora sabía que el amor era más, mucho más, que eso. Había que ser el ángel de la guarda de todos los hombres desesperados para saber qué era el amor.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    Hay que tener en cuenta que la desgracia nos había golpeado inmediatamente después de nuestro traslado a Rosario, donde no teníamos parientes ni amistades. Las circunstancias fueron poco propicias a hacer estas últimas, de modo que mamá estaba sola de toda soledad... Estaba yo, claro, pero yo, aun siendo todo, era muy poco.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    Yo me arrojaba como un vampiro sobre la ilusión: vivía de la sangre del paraíso fantasmal.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    Adoraba tanto sus aventuras y travesuras que mi fantasía trabajaba a toda velocidad imaginando variantes o soluciones para sus peripecias; pero al fin siempre me conformaba más el desenlace propuesto por los guionistas: claro que yo no sabía que había guionistas. Para mí era una realidad. Una realidad que no se veía, de la que sólo se oían las voces y ruidos. Las visiones las ponía yo. Salvo que dentro de esa realidad estaba la voz del Padre, mi momento favorito, en el que todos, ya no sólo yo, tenían que poner la visión. Dios era la radio dentro de la radio.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    A la Novela Lux no podría resumirla como hice con los dos radioteatros anteriores; no tenía mecanismo de base, era una pura complicación flotante. Había una circunstancia que garantizaba su complicación perpetua: todos amaban. No había personajes secundarios, de relleno. Era un radioteatro de amor, y todos amaban. Como pequeñas moléculas, todos extendían sus valencias de amor en el espacio, en el éter sonoro, y ninguno de esos bracitos anhelantes quedaba libre.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    El espacio dejaba de ser vacío, poroso, intangible: se volvía roca de amor sólido. La simplicidad de mi vida, en cambio, era equivalente a la nada. Desde mi desamparo, el mensaje que me parecía oír en el “radioteatro de las estrellas” era que se llegaba a adulto para amar, y que sólo el multitudinario cielo nocturno podía hacer de la nada un todo, o por lo menos un algo.
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