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Amy Tan

  • Mariana Nomáshar citeretfor 2 år siden
    Cada semana una de nosotras daba una fiesta a fin de recaudar dinero y levantarnos el ánimo. La anfitriona tenía que servir comida dyansyin especial para invocar la buena suerte en todos los aspectos de la vida: buñuelos en forma de lingotes de plata, largos fideos de arroz para tener larga vida, cacahuetes hervidos para concebir hijos y, por supuesto, muchas naranjas de la buena suerte para gozar de una vida plena y dulce.
  • Mariana Nomáshar citeretfor 2 år siden
    ¿Con qué fuerza puedes desear tu cálido abrigo preferido que colgaba en el armario de una casa que se quemó con tus padres dentro? ¿Hasta cuándo pueden imponerse en tu mente las imágenes de brazos y piernas pendientes de cables telefónicos, de perros hambrientos que corren por las calles con manos medio devoradas colgando de sus bocas? ¿Qué era peor, nos preguntábamos entre nosotras, sentarnos y esperar la muerte con el rostro apropiadamente sombrío, o buscar una manera de ser felices a pesar de todo?
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    Luego tuvo que rellenar tantos formularios que olvidó por qué había ido allí y lo que dejó atrás.
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    ¿Puedes imaginar lo que se siente cuando uno no quiere estar dentro ni fuera, cuando desea estar en ninguna parte y desaparecer?
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    En aquellos tiempos, un fantasma era cualquier cosa de la que se nos prohibía hablar.
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    Me pregunté por qué habían decidido mi destino, por qué mi vida había de ser desdichada para que la de otra persona fuese feliz
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    siempre recordaría los deseos de mis padres, pero jamás me olvidaría a mí misma.
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    ¡Qué bonito es volver a ser aquella niña, quitarme el pañuelo para ver lo que hay debajo y sentir que mi cuerpo vuelve a ser ligero!
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    —. ¿No te he enseñado que está mal eso de pensar en tus propias necesidades? Una muchacha nunca debe pedir nada. Ha de escuchar, nada más.
  • Eunice Jimenezhar citeretsidste år
    —Un chico puede correr y perseguir libélulas, porque así es su naturaleza —me dijo—, pero una muchacha debe estarse quieta.
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