Pablo Stefanoni

  • Jonathan Lomelihar citeretsidste år
    Parte del terreno perdido en su capacidad de capitalizar la indignación social fue ganándolo la derecha, que se muestra eficaz en un grado creciente para cuestionar el “sistema” (más allá, como veremos, de lo que esto signifique). En otras palabras, estamos ante derechas que le disputan a la izquierda la capacidad de indignarse frente a la realidad y de proponer vías para transformarla.
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Allí escribió que el problema actual de las izquierdas no reside solo en su dificultad para llevar adelante proyectos transformadores, sino en su incapacidad para imaginarlos (Fisher, 2017).
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Pero si la historia “volvió”, fue en mayor medida gracias a los movimientos terroristas, identitarios, de extrema derecha, etc., cuyos proyectos el historiador Enzo Traverso considera “sucedáneos de utopías”, que a una izquierda que se quedó sin imágenes de futuro para ofrecer, en parte porque el propio futuro está en crisis, excepto cuando se lo piensa como distopía.
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    La capacidad “científica” de imaginar el fin del mundo supera, por lejos, la capacidad “política” de imaginar un sistema alternativo (Danowski y Viveiros de Castro, 2019).
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Es claro que proyectos modernos como el socialismo (y el liberalismo) estaban intrínsecamente asociados al optimismo sobre el futuro y a una relación fuerte entre saber y emancipación. Si el futuro se clausura y el saber se disocia de la acción transformadora, la oferta discursiva de la izquierda, sea revolucionaria o reformista, pierde su atractivo
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Muchas de estas derechas se difunden como subculturas on line y se autorrepresentan como cristianos que viven, y hacen su culto, en las cavernas debido al acoso que sufrirían al expresar sus ideas en un mundo controlado por la “policía del pensamiento” progresista presente en los medios, las escuelas y las universidades, pasando por las organizaciones multilaterales o la mayor parte de los gobiernos.
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    ¿Quién podría asegurar que se trata de formaciones marginales, sin futuro alguno en los siguientes años?
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Escrito en febrero de 2020 en la revista The Atlantic, el artículo toma un hecho puntual –una conferencia nacional-conservadora reunida en Roma con el pomposo nombre “Dios, honor, país: Ronald Reagan, papa Juan Pablo II y la libertad de las naciones”– para ponerle la lápida al liberalismo conservador republicano, atlantista y partidario de la globalización capitalista, tal como lo conocimos en los años ochenta y noventa del siglo XX.
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Se proyectó una visión del mundo que, en términos del británico David Goodhart, se divide entre los de “algún lugar” (somewheres) y los de “ningún lugar” (anywheres).[
  • DDaudalagidhar citeretfor 2 år siden
    Si Reagan y Juan Pablo II estaban unidos por algo, era por una gran, ambiciosa y generosa idea de la civilización política occidental, en la que una Europa democrática estaría integrada por múltiples vínculos económicos, políticos y culturales, y se mantendría unida bajo el paraguas de la hegemonía estadounidense.
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