En la microbiota intestinal de animales carroñeros como el buitre, el caimán y la hiena, que se alimentan de carne en descomposición, que podría “envenenar” a la mayoría de animales por la producción de compuestos tóxicos durante la invasión bacteriana de los tejidos, predominan los clostridios y las fusobacterias. Parece que en estos animales se ha impuesto un tipo de microbiota que se ha adaptado a alimentos en descomposición.