Fernando Benítez

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    Unos curanderos recitaban, cantaban e incluso lanzaban gritos.
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    tenían gran conocimiento de yerbas y raíces y conocían sus calidades y virtudes;
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    hongos malos que emborrachan también como el vino: y se juntaban en un llano después de haber comido, donde bailaban y cantaban de noche,
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    el día siguiente lloraban todos mucho y decían: que se limpiaban y lavaban los ojos y caras con sus lágrimas
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    Otros (hongos) cuando son comidos no causan la muerte pero causan una locura a veces durable, cuyo síntoma es una especie de hilaridad irresistible.
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    “Tenían —dice— otra, manera de embriaguez que los hacía más crueles:
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    carne de Dios o del Demonio
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    . El mundo de los indios es el mundo de la oscuridad y del demonio, como el mundo de los conquistadores es el mundo de la luz y del Dios verdadero.
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    no sólo pertenecían a los ritos de los vencidos, sino que en cierta forma, eran la carne y la sangre del demonio
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    destrucción ídolos, templos, códices, drogas mágicas, porque todo estaba asociado al demonio
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