Parece que el autor le dio vida a cuánto personaje, ser, mundo, idioma, se le ocurrió, quería hacer una trilogía y ha de ver pensado que si no los hacía aparecer en este libro, no lo haría nunca. En definitiva me quedó con el número 2 de la trilogía, éste último se me hizo eterno y no encontré agradable el final.
Me gustó más que el primero, ver a Lira actuando más como una niña de su edad y la compañía de Will con sus contrastes fue muy buena.
Fue bueno
Disfruté oyéndolo, los daimonions de cada niño me hizo recordar en cómo mi sobrina sale de casa acompañada de un muñeco, ese muñeco representa su seguridad y en enlace a su casa, a su mundo seguro. Es claro que Lyra es una niña especial pero de repente algunas decisiones que tomaba o el análisis que hacía de ciertas situaciones no me parecían de todo creíbles para alguien de su edad. Y el mensaje es claro: nosotros no somos nuestros padres, nosotros podemos formarnos la vida que nos haga ser felices.