es

Donna Tartt

  • Ofelia Rhar citeretfor 2 år siden
    Todo lo que nos enseña a hablar con nosotros mismos, lo que nos enseña a salir de la desesperación entonando una canción, es importante.
  • Ofelia Rhar citeretfor 2 år siden
    Por eso he querido escribir estas páginas tal como las he escrito. Porque solo adentrándome en la zona intermedia, el borde policromo entre la verdad y la no verdad, es tolerable estar aquí y escribir esto
  • Ofelia Rhar citeretfor 2 år siden
    Que aunque no siempre nos alegremos de estar aquí, tal vez sea nuestro deber sumergirnos igualmente; vadear en línea recta a través del pozo negro, manteniendo abiertos los ojos y el corazón. Y en nuestro agonizar, mientras nos levantamos de lo orgánico y nos hundimos de nuevo de manera ignominiosa en lo orgánico, es un honor y un privilegio amar lo que la Muerte no puede alcanzar
  • Ofelia Rhar citeretfor 2 år siden
    Que la vida es, entre otras muchas cosas, breve. Que el destino es cruel pero quizá no sea arbitrario. Que la naturaleza (en el sentido de la Muerte) siempre vence, pero eso no significa que
    tengamos que resignarnos y arrastrarnos ante ella
  • Ofelia Rhar citeretsidste år
    —Creo que estás enfadado conmigo.
    —Qué coño, Boris. —Estaba tan borracho que me tambaleé al levantarme y tuve que agarrarme a la mesa—. No discutas. Tú solo ven.
    —Creo que es un error ir a alguna parte contigo.
    Lo miré con un ojo entrecerrado.
    —¿Ah, sí? Bueno, ¿vienes o no?
    Boris me miró con frialdad. Luego se apretó el puente de la nariz y dijo:
    —¿No vas a decirme adónde vamos?
    —No.
    —Entonces no te importará que nos lleve mi chófer.
    —¿Tu chófer?
    —Sí. Está esperando a unas dos o tres manzanas de aquí.
    —Joder. —Desvié la mirada y me reí—. ¿Tienes un chófer?
    —¿No te importa que vayamos con él entonces?
    —¿Por qué iba a importarme? —repliqué al cabo de un momento.
    Borracho como estaba, su actitud hizo que me parara en seco; me miraba de un modo peculiar, con una expresión calculadora que nunca le había visto.
    Boris se acabó el vodka y se levantó.
    —Muy bien —dijo dando la vuelta a un cigarrillo apagado entre los dedos—. Acabemos de una vez con esta tontería
  • Ofelia Rhar citeretsidste år
    —Pasa —dije, conteniendo a duras penas una sonrisa.
    ¿Qué se pensaba el idiota, que iba a saltar sobre él para secuestrarle o algo así? Pero se quedó en la calle, con los puños hundidos en los bolsillos del abrigo y mirando por encima del hombro al chófer, cuyo nombre era Genka, Giuri o Giorgi, no me acordaba.
    —¿Qué ocurre? —le pregunté.
    Si hubiera estado menos borracho su paranoia quizá me habría indignado, pero en ese momento solo me parecía tronchante.
    —Dime de nuevo por qué tenemos que venir aquí —dijo, todavía bien atrás.
    —Ya lo verás
  • Ofelia Rhar citeretsidste år
    —Cuesta arreglar las cosas. A menudo no tienes esa oportunidad. A veces todo lo que puedes hacer es evitar que te pillen.
  • Ofelia Rhar citeretsidste år
    —¡No quiero juzgar! Solo que… hicimos muchas locuras entonces.
    Cosas que creo que tal vez no recuerdas. ¡No, no! —añadió rápidamente, meneando la cabeza, al ver la expresión de mi cara—. No me refiero a eso.
    Aunque te diré que eres el único chico con el que me he acostado en la vida
  • Ofelia Rhar citeretsidste år
    Estaría muy bien no separarlos…, esos dos nunca han estado separados
  • Ofelia Rhar citeretsidste år
    El Fabritius es una broma. Oculta en su interior una broma. Y eso es lo que hacen todos los grandes maestros. Rembrandt. Velázquez. Lo último de Tiziano. Construyen la ilusión, el truco…, pero te acercas un paso más y se desintegra en pinceladas
fb2epub
Træk og slip dine filer (ikke mere end 5 ad gangen)