Y cuando fui ya sólo uno creyendo aún que éramos dos, porque estabas, sin ser, junto a mi carne.
Berenice Torreshar citeretsidste år
anto sentir en ascuas, tantos paisajes malhabidos, tantas inmerecidas lágrimas. Y aún esperan su cita con Nausícaa para llorar lo que jamás perdimos. El Corazón. Yo lo usaba en los ojos.
Berenice Torreshar citeretsidste år
Me he querido mentir que no te amo,
Rebecahar citeretsidste måned
náufraga en unos labios de mujer)
y todo tu
fb2epub
Træk og slip dine filer
(ikke mere end 5 ad gangen)