Le preocupó que Fede se diera cuenta de que en realidad no sabía mucho más sobre Laika.
En kínder, una vez la profesora preguntó quién sabía dibujar una estrella. Josefa levantó la mano entre todos los niños y fue a la pizarra, altiva y sonriente, y dibujó con la tiza una especie de círculo con puntas. Todos los niños rieron y gritaron que esa no era una estrella, y entonces Josefa vio la pizarra de nuevo y se dio cuenta de que era verdad, eso que había dibujado no era lo que veía en su mente, no era una estrella.