Reflexionando sobre el tramo de nuestra historia iniciado con el movimiento que buscaba la independencia —que empezó revolucionariamente y concluyó con el imperio de Iturbide sin lograr, en realidad, la independencia sino una no dependencia respecto de España—, hasta la Revolución de Ayutla, que parecía una revuelta más y terminó conduciéndonos a la Constitución de 1857 y, más adelante, al Estado laico, puede concluirse sin gran esfuerzo que este periodo, “la historia de las revoluciones de Santa Anna”, como lo llamó don Lucas Alamán, no es para que nos sintamos orgu