David Toscana

  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    no llevaban la aureola de víctimas, sino de meros impertinentes.
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    El padre Eugeniusz disfrutaba la compañía de hombres que podían emborracharse, hablar de mujeres y de la vida sin mencionar a dios.
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Eran tres hombres arriba de sesenta
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Subir sobrios es complicado; bajar borrachos será la muerte.
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Padre, dijo Ludwik, bendícenos el vodka para emborracharnos a gust
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    En esta ciudad hay que celebrar cada día que se está vivo. Aquí no se llora a los muertos; se aclama a los vivos
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Feliks se había cuidado de no poner horarios de apertura en la puerta de su tienda. Así podía llegar y marcharse cuando quisiera. También se cuidó de no colgar ningún cartel porque ¿cómo le llamaría a su local? ¿Pillajería? ¿Comercializadora de saqueos? ¿Mercadería de los vencidos
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Canta, oh novelista, la novela de una ciudad que se esfumó; canta a las mujeres que no volvieron, a los hombres que murieron. Escribe unas líneas y haz sonar en tus palabras el llanto y el viento, la risa y el tiempo y el amor.
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Cántale a Varsovia, amigo mío, la ciudad que el diablo se llevó. Al valor de sus hombres, que de nada nos sirvió. Pon aquí y allá unas líneas igual que versos a esos seres perversos de fusil en mano y el alma en ceros. Canta a aquella ciudad que se llamaba Varsovia para que nadie la olvide y canta también a esta otra con otra gente, sin sabor, sin valor y sin historia que vino a robarse el bello nombre de Varsovia
  • Vilma Rodriguezhar citeretsidste år
    Siempre era más, mucho más, lo que dejaba de ocurrir que aquello que sí ocurría
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