¡Una novela fantástica, sumamente emocionante! Se trata de un libro inteligentemente escrito, muy interesante, en el que la autora reflexiona sobre su propia escritura, y sobre el valor de verdad en la ficción. En el libro, la autora juega con el lector, como el gato con el ratón, modificando sus expectativas y las ideas que puede tener sobre el libro que está leyendo, pero también sobre la literatura en general.
¡Maravilloso!, la importancia de la gratitud para vivir en paz.
Una historia actual donde los padres deciden transmitir en redes sociales la vida de sus hijos desde que son bebés y cómo puede afectar en el futuro de los pequeños. Me gustó el libro.
Un retrato de la realidad, me gusta como la autora dibuja con toda precisión las situaciones.
Un libro donde ‘la creatividad‘ es un personaje. Que puede ser a la vez "la mejor amiga y la peor enemiga, la mayor virtud y el más peligroso defecto" de una escritora qué atraviesa por un bloqueo.
El planteamiento de la autora que propone que "la creatividad es como un viaje de autodescubrimiento donde lo mejor y lo peor de uno mismo se entrelazan para dar lugar a una obra de arte" , me ha enriquecido de una manera muy profunda. No es posible escribir sin ambas caras, la luminosa y la oscura, somos también nuestras heridas, nuestros miedos y nuestras locuras.
Si tienes seres queridos ya de edad, te sentirás incómodamente identificado, aunque no podrás dejarlo.
Si construir una relación es construir un lenguaje (cierto modo de hablar, un puñado de neologismos, algún apodo), entonces ese lenguaje incluye también una zona de silencios. Una frontera tácita que casi siempre es infranqueable, porque aun cuando las parejas construyen un territorio en común, nunca dejarán de ser individuos con sus propias motivaciones. La historia de Connell y Marianne, los protagonistas de Gente normal, es el reflejo de cuánto pueden llegar a conocerse dos personas, cuán sencillo es saber qué es lo que el otro desea y, sin embargo, no tener idea de cómo decirlo, de cómo superar la zona de silencios. Ese es el núcleo de la segunda novela de la escritora irlandesa Sally Rooney: dialogar sobre la distancia que se tiende entre dos seres humanos a causa del dilema de la comunicación. Han pasado miles de años desde que se dijo el primer saludo y quizá un poco más desde que se lanzó la primera ofensa, y no obstante el lenguaje sigue siendo el origen de la confusión en todo vínculo humano. Esto ocurre sencillamente porque ninguno es igual al otro: Connell es un chico popular y pobre; Marianne, una chica marginal y rica. Pero ni siquiera eso los hace dos personas completamente distintas, sólo son gente La gratitud no es un gesto menor. Es algo parecido a manifestar la necesidad que se tiene hacia otro, un pequeño símil de la vulnerabilidad que proporciona un acercamiento estrecho en que dejamos constancia de nuestra empatía, gracia, cariño y quizás un tanto más. Delphine de Vigan ha escrito en Las gratitudes una pequeña muestra de la distancia que existe entre decir gracias y ser realmente agradecidos con quienes han hecho algo realmente significativo por nosotros, algo como una muestra certera y nostálgica sobre el agradecimiento a la memoria, al cuidado, el respeto y la empatía. Una especie de tratado del buen ser, del buen o buena compañera. Como si eso fuera todo en la vida porque, al final, es lo único que nos queda cuando todo está por terminarse o cuando no tenemos nada más por delante. Acaso reflexionar sobre si fue suficiente o no lo que se dijo, si las palabras fueron suficientes o hicieron falta más gestos, caricias, más muestras de cariño. Aquí cabe decir que la sencillez no es lo mismo que la simpleza, y que si algo cabe para describir lo que ha escrito de Vigan es la sobriedad, un hecho contenido, lo valioso e inolvidable de una vida de resguardo, intimidad, humanidad y, claro, gratitud. Simplemente necesitamos sentirnos todavía un poco libres, si no, ¿qué sentido tendría todo esto?
(Publicado originalmente en Revista Purgante)
Sabía más o menos a lo que iba con este libro, pero definitivamente este viaje emocional con sus subidas y sus bajadas (muy muy bajas) fue más de lo que imaginaba. Para bien, aún con todo y las partes muy dolorosas de esta historia, agradezco por fin haberla leído en el momento que me animé a hacerlo (incluyendo las pausas que tuve que tomar para continuarlo).
Me gusta cómo Delphine, a través de la historia de su mamá, Lucile, desentraña su propia historia y "mitología familiar", como ella le llama. Cómo a través de conocer a su mamá, se da la oportunidad de conocer más a detalle a su familia y a sí misma en el camino y cómo nos comparte su propia experiencia en este viaje, su propia entrada y salida de este laberinto de luz y oscuridad. No necesariamente tenemos el mismo contexto sociohistórico de Delphine (no sé sí exista ese término), pero si hay algo muy universal en la forma en cómo se crean las relaciones familiares, en la manera en que las historias de personas a las que incluso nunca conocimos se convierten en nuestros propios mitos fundacionales con consecuencias que no es posible preveer en un primer momento. La dificultad en las relaciones entre madres e hijas, más en casos como el de Lucile, creo que es algo en lo que todas nos podemos encontrar en mayor o menor medida y es genial cómo Delphine lo convierte en una historia amena al mismo tiempo.
Pienso que este libro tiene todos los triggers posibles (menos el de raza particularmente: abuso sexual, responsabilidades que no corresponden a los niños, violencia, problemas de salud mental importantes y cómo se lee en la contratapa y sin spoilers, suicidio y sus motivaciones. Tomando todo esto en cuenta, yo si lo recomendaría como un libro esencial de la literatura contemporánea, pero no pondría una meta de tiempo específica para terminarlo, ya que de repente sí son importantes las pausas para continuar.
Mis reseñas no son muy buenas la verdad, pero en conclusión, esta mujer es una escritora genial y le agradezco infinitamente habernos compartido esta historia personal de manera tan bella y directa. Estoy segura de que cada año leeré al menos un libro de ella porque se empieza a convertir en un clásico personal para mí.