Es un libro de asombros, dudas e insinuaciones. Desde la perspectiva española nos presenta la cosmovisión purépecha. Y, desde el mismo nombre sugiere múltiples preguntas: geográficas, históricas, del nombre, de sus dioses, de la relativa facilidad con la que se "entregaron" a los españoles. A veces, es inevitable observar cómo la visión europea interpreta a manera un mundo que apenas y conoce. Es complejo porque es el español (o castellano) del siglo XVI en mezcla con el purépecha y el náhuatl, en especial con la toponimia. Michoacán es el nombre náhuatl de Tzintzuntzan, la ciudad capital alrededor del lago y de un pueblo pescador. Por su parte, los purépechas se llaman a sí mismos chichimecas. En corto, es una joya de la historiografía de los pueblos prehispánicos y en particular de Michoacán. No quería decir ese lugar común pero en realidad eso es.