llamada agenda progresista a menudo está en consonancia con los valores recolectores: una distribución más equitativa de los recursos, asistencia a las personas vulnerables, el respeto y la autonomía para las mujeres (incluyendo la igualdad salarial y los derechos reproductivos), un aumento de los fondos para programas de salud y educación, la aceptación de todas las religiones, etc. Una agenda más conservadora a menudo se adapta a valores agrícolas tales como los derechos individuales por encima de los de la comunidad, un control paternalista masculino del comportamiento sexual de las mujeres, el militarismo expansionista, la exaltación de la riqueza y el monoteísmo.