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Eleonora González Capria

  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    racimo de uvas en lugar de una uva de caviar... A veces tengo la mala costumbre de extenderme de más, de sobreescribir y subestimar. Es pura falta de atención. Ahora está esa novela
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Abrió los ojos como dos platos. A punto de decir algo, se quedó mirando primero a su madre & luego al reverendo Taylor con su sotana negra de cuello impoluto & sus manos grandes y amarillentas
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Pero de pronto su marido tenía las orejas más largas y nudillos enormes y huesudos, y de pronto ella era Anna, arrodillada en el suelo y alzándose el velo para abrazar a su querido Seriozha.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Ya no quería esas flores ridículas. La hacían verse grotesca y sentirse grotesca, como una colegiala que vuelve entusiasmada de una excursión escolar. ¿Qué pensarían en el hotel cuando llegara sin nada de equipaje, pero con un ramillete de flores?
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    ODIO hacer esas cosas que tú aceptas sin cuestionar, así como todos los hombres las aceptan de sus esposas sin cuestionar. Eso de jugar a la sirvienta me sale con muy poca gracia. No hay problema cuando se trata de mujeres que no tienen nada más que hacer…, ¡pero tú dices que soy una tirana & te preguntas por qué estoy cansada a la noche
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    La cuestión con las mujeres como yo es que no podemos separar los nervios de la tarea pendiente… & el lunes después de que tú, Gordon y Lesley se van, doy vueltas por la casa con la mente llena de cacerolas fantasmagóricas & hornillos Primus & “¿habrá suficiente para todos?”
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    No era tristeza, era una sensación de extrañeza y un poco de “femme seuleismo”.61 Cuando me fui, empezó a nevar. El viento rebanaba las calles igual que un cuchillo afilado, así que todos empezaron a correr… y yo también corrí, hasta una cafetería, donde me senté a tomar una taza de café negro bien caliente.
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    El matrimonio no tiene por qué ser así y lo sabes. El mío no va a ser así. Y yo sí me pienso casar
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Miércoles. Hoy me propongo endurecer el corazón. Doy vueltas alrededor de mi corazón levantando defensas. No pienso dejar ni un hueco donde pueda crecer un manojo de violetas. Señor, dame un corazón de piedra. Te lo ruego: endurece mi corazón, Señor
  • Marcia Ramoshar citeretsidste år
    Este es un lugar confuso y extraordinario. Está lleno de tropas, francesas, africanas, indias, inglesas. Hay “gentes” de todo el mundo y todos van juntos por calles estrechas, atestadas de carruajes diminutos pintados de amarillo y mulas blancas con frontaleras rojas sobre los ojos
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