Horacio Quiroga

Y cuando no tenga más delirio… me querrás todavía?

todo gran escritor, al narrar un crimen, preserva su mundo más genuino.

Era, sobre todo, una belleza para hombres, sin ser en lo más mínimo provocativa; y esto es precisamente lo que no entenderán nunca las mujeres.

Hay cosas absurdas que tienen toda la apariencia de un legítimo razonamiento

cuando una cosa va a morir, aparece antes.

verla de nuevo, sintió que sus ojos se dilataban para sorber en toda su plenitud la figura bruscamente adorada.

Nébel, al verla de nuevo, sintió que sus ojos se dilataban para sorber en toda su plenitud la figura bruscamente adorada

No miento.

Y mentía profundamente.

Pero lo que resaltaba claro para mí en su carta—para mí que lo conocía—era la desesperación de celos que lo llevó al suicidio. Ese era el único motivo; lo demás: sacrificio y conciencia tranquila, no tenía ningún valor.

No puedo más. La quiero como un loco, y no sé, lo que es más amargo aún, si ella me quiere realmente o no.