Roberta Garza

Es cierto que nunca fue proclive a la ostentación; estéticamente, su comunidad era un reducto de mediocridad pequeñoburguesa,

la palabra significa lo que sea que tu camino te indique—

La debilidad del propio Raniere es tan evidente que verla no requiere de gran esfuerzo: una urgente necesidad de reconocimiento

Más por las particularidades de la ciudad —conservadora, religiosa, misógina y patriarcal— que por lo que tangiblemente ofrecen grupos como NXIVM

las carencias que explotan son de naturaleza emocional. La soledad, el aburrimiento, la baja autoestima, la falta de afecto y los sentimientos de irrelevancia o de intrascendencia son, entre otros, impulsores poderosísimos.

El resultado es que, progresivamente, la víctima se va vaciando de toda vida previa hasta que no le queda nada, rebasando el punto de no retorno.
Una vez allí comienzan las hostilidades

hacer que la persona renuncie del todo a su libre albedrío y a su capacidad de pensar. Bajo instrucciones del carcelero, el antes amoroso grupo se vuelve hostil o reprobatorio, y a la víctima se le humilla y se le degrada, diciéndole que es por su bien, que todo es en aras de su crecimiento o evolución; se le inventan culpas

si no tienes la capacidad de decir que no, o si el miedo a los costos de decir que no te hacen decir que sí, entonces no estás en una relación libre o consensual.

Muy pronto la mujer comenzó a inquietarse por lo que escuchaba: le resultó particularmente ofensivo cómo Vanguardia llamaba parásitos a los sectores vulnerables de la sociedad.

Mack le recetó a Nicole las frases aprendidas habituales: que el grupo fomentaba el empoderamiento de las mujeres a través de una sororidad ejemplar, y que nadie vería el material, que éste serviría sólo para motivarla en sus resoluciones. La figura del ama sería “la representación de tu conciencia, tu ser más avanzado, tu ideal”