bookmate game

Michel Nieva

  • Florencia Palazueloshar citeretsidste år
    La Pampa pasó de ser un árido y moribundo desierto en el confín de la Tierra, resecado por siglos de monocultivo de girasol y de soja, a la única vía, junto al Canal de Panamá, de navegación interocéanica de todo el continente.
  • Mar Venthar citeretfor 2 år siden
    Ahora solo quedaba huir hacia las playas de Santa Rosa en busca de venganza, a asesinar y contagiar a la gente rica y a los turistas extranjeros que tantas penurias habían causado a su madre y, por transitividad, a ella misma.
  • Barbara Roa Roahar citeretfor 13 dage siden
    que los autores de ciencia ficción «dura» fueron en su mayoría hombres, salvo las excepciones de la ya mencionada Judith Merril (1923-1997) o también de Kate Wilhelm (1928-2018).

    Onvres

  • saavedraproxyerghar citeretfor 2 år siden
    –¿Pero a qué edad muere un planeta como la Tierra? ¿Cuándo termina su vida útil? ¿Cuál es su fecha de caducidad? ¿Cuál el momento definitivo para tomarse el buque, abandonarlo devastado y buscar nuevos rumbos? –se preguntó casi retóricamente el Dulce, aunque el sistema cuántico de autonavegación de la nave, justamente preparado para contestar este tipo de incógnitas, respondió:
  • saavedraproxyerghar citeretfor 2 år siden
    planetas que eran infancia pura, futuro puro, porvenir geológico indefinido para el intrépido emprendimiento capitalista, a diferencia del nuestro, reseco como una pasa en su agonía definitiva.
  • Itzel Robleshar citeretfor 2 måneder siden
    mareó. ¿O sea que todo lo que había hecho era para que el sorete de su viejo se llenara de guita
  • Anacarsis Ramoshar citeretfor 4 måneder siden
    Volver, en suma, a los ecosistemas mercancías, productos reproducibles a gran escala y bajo costo, como celulares o lavarropas, era la gran misión de AIS.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    Muchas otras teorías, que ahora no vienen al caso, se comentaban sobre el pobre niño. Lo cierto es que cuando sus compañeritos, ya aburridos, reparaban en que el niño dengue se había quedado solo en el aula, simulando que hacía la tarea, lo iban a molestar:

    –Che, niño dengue, ¿es cierto que a tu mamá la violó un mosquito?

    –Eu, bicho, ¿qué se siente ser hijo de la chele podrida de un insecto?

    –Che, mosco inmundo, ¿es cierto que la concha de tu vieja es una zanja rancia de gusanos y cucarachas y otros bichos y que de ahí saliste vos?

    Inmediatamente, las antenitas del niño dengue empezaban a temblar de rabia y de indignación, y los pequeños hostigadores se escapaban entre risotadas, dejando de vuelta al niño dengue solo, sorbiendo su dolor.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    La madre del niño dengue aún era muy joven y hermosa, y como carecía de tiempo para salir a conocer gente, cuando creía que su hijo se había ido a dormir, tenía citas virtuales, encerrada en su pieza. El niño dengue, desde su propio catre, la escuchaba conversar entusiasmada y, a veces, reír.

    ¡Reír!

    Una manifestación de alegría tan hermosa, que jamás profería estando con él. Entonces, curioso (acometiendo un enorme esfuerzo para dominar el ruido de sus zumbidos), el niño dengue sobrevolaba con sigilo desde la cocina hasta la puerta de la madre, y metía alguno de los omatidios de su ojo compuesto por la cerradura. La madre, como sospechaba, se veía feliz, luciendo un hermoso vestido de flores, riendo y contando chistes, transformándose en una mujer desconocida para el niño dengue, casi una nueva persona, ya que en la cotidianeidad que compartían siempre estaba preocupada, cansada o triste.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 2 år siden
    ¡Horror siniestro de las más amargas verdades!

    ¡Él, un monstruo, que había arruinado la vida de su madre para siempre!

    Era en esa hora de desvelo y de luz vaga cuando el niño dengue volvía a la pieza y, al mirarse al espejo, se encogía de espanto.
fb2epub
Træk og slip dine filer (ikke mere end 5 ad gangen)