Natalia García-Freire

Cuando todo enmudece, cuando la gravedad de los
hechos rebasa con mucho nuestro entendimiento e incluso
nuestra imaginación, entonces está ahí, dispuesto,
abierto, tartamudo, herido, balbuceante, el lenguaje del dolor.
Cristina Rivera Garza, Dolerse: Textos desde un país herido

Todas y cada una de mis palabras están invertidas,
del revés, o soy yo quien lo está.

espanta a todos porque es bruja y es ave.

Se las llevaron de ahí que era cerca de donde vivíamos. Se las llevaron porque brillaban. Como el plancton.

El corazón del bosque

Perdida. No hay otra forma de estar en el bosque.

Me dicen todos que no tengo perdón de Dios, como si Dios se fuera a acordar de nosotros.

A veces quiero meter la cabeza en una maceta y ver si me nace algo. No lo sé. Siento que tengo dentro de mi cuerpo otro cuerpo. Que se expande.