Rosario Bléfari

  • Amelia Gonzálezhar citeretsidste år
    Para poder enamorarme tenía que recortar mucho. Pero ya no quería inventar más nada. Quería concentrarme en la vida
  • Amelia Gonzálezhar citeretsidste år
    . Llegó a decirme más de una vez “Si estuvieras conmigo…”, y me enumeraba cosas que me hacía desear. Que me llevaría el desayuno a la cama, que nunca me dejaría trabajar de más, que me compraría ropa. No eran promesas, era un juego desalmado que consistía en contarme lo que tenía para ofrecer a otro, no a mí. Un verano, por ejemplo, me escribió que me llevaría en el caño de la bicicleta. Como muchachos en una película del neorrealismo italiano, pensé. Pero, ¿qué bicicleta? ¿Cuándo? ¿Dónde? Lo entendía como una estampa imposible. Era el tipo de cosas que tomaba como sustitutos de expresiones de amor
  • Amelia Gonzálezhar citeretsidste år
    escupo desde que era chica, no empecé a escupir a cierta edad, escupo desde siempre cuando tengo algo que escupir. ¿Solo pueden escupir los hombres? Los adolescentes varones siempre están escupiendo. Hace un tiempo noté que muchas veces lo hacen cuando una mujer los mira, como un acto reflejo
  • Amelia Gonzálezhar citeretsidste år
    Tenía el pelo muy largo y viajaba con secador y planchita. Se bañaba dos veces por día, al levantarse y antes de acostarse. Necesitaba mucho tiempo para su pelo que era como otro ser que iba con ella y a quien atendía con dedicación
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