Una tercera ventaja de la zona mediterránea del Creciente Fértil es que ofrece una amplia gama de altitudes y topografías dentro de una distancia corta. Su gama de elevaciones, desde el punto más bajo de la Tierra (el mar Muerto) hasta las montañas de 6000 m (cerca de Teherán) garantiza una variedad correspondiente de entornos, y por tanto una gran diversidad de las plantas silvestres que sirven de posibles antepasados de los cultivos. Estas montañas están en las proximidades de suaves tierras bajas con ríos, llanuras aluviales y desiertos aptos para la agricultura de regadío. En cambio, las zonas mediterráneas del suroeste de Australia y, en menor grado, de Suráfrica y Europa occidental, ofrecen una gama más exigua de altitudes, hábitats y topografías.