La mirada de Diana del Ángel es única y aunque cuenta una historia cruel, su capacidad de observar con amor los detalles, ayuda a procesarla y a explorar nuevas formas del lenguaje de la muerte. Este libro es una clase de cómo escribir una crónica que devuelve la dignidad a las víctimas a la vez de denunciar las injusticias.
Hermoso ejercicio de escritura en el que cinco voces se fusionan para recordar a las Lucrecia, esa figura mítica y cuyo suicidio a consecuencia de una violación ha sido romantizado por pintores y escritores. En este texto Lucrecia está viva, presente, recobra su humanidad y su vigencia. Las autoras hacen la magia de convertir a Lucrecia en un cántaro donde cabemos todas, porque todas hemos sido tocadas por la violencia del patriarcado, pero como dice el texto: nuestra insurrección es seguir vivas