decir, si queremos que nuestros entornos construidos se conviertan en espacios más humanos, más amables, más habitables. Lugares en los que, en definitiva, merezca la pena vivir. Por lo tanto, para los gobiernos sería importante que las distintas administraciones públicas comenzaran a incorporar o profundizar en sus postulados, estableciendo una hoja de ruta e implementando acciones eficaces que les acerquen a esta (no tan) nueva realidad.