Virgina, como siempre, da en el blanco. Quizá me hubiese demorado menos con el libro en físico, pero creo que también lo que hizo que mi lectura no sea tan fluida fue, en el fondo, que los contextos de las discusiones de los feminismos de "ahora" han cambiado mucho. No creo que los temas de Tres Guineas (las guerras, el facismo, el patriarcado, la misoginia, el empobrecimiento a las mujeres) estén caducos, pero ciertamente ahora hay distintos matices que muchas voces han sumado y colocado a esas discusiones. Ahora podríamos leer Tres Guineas como un ensayo feminista y que aporta fuentes históricas de la vida cotidiana y de la misoginia en la Inglaterra de entre siglos XIX-XX.
Un texto genial. Ya quiero leer el libro
Muy inteligente y útil antología para conocer y apreciar a las antecesoras del movimiento feminista. Agrupan a 17 escritoras, todas ellas muy buenas, con ideas sobre los rumbos a impulsar para el cambio de la sociedad.
Me encantó, es un libro muy inspirador, además de un muy necesario recorrido por la historia de grandes mujeres que, por excéntricas me resultan fabulosas e indispensables para nuestra construcción social.
Me encantó
La famosa frase con la que abre esta novela, que sigue asombrando hasta la fecha a tantos lectores, es simplemente el primer escalón hacia una historia donde la hipocresía social de la época, la insatisfacción de la vida misma, junto con la depresión y el suicidio, nos dan un relato conmovedor y poderoso. “La señora Dalloway” de Virginia Woolf es un día en toda la vida de Clarissa Dalloway que con el pretexto de que esa noche dará una gran fiesta sale ella misma a comprar las flores.
De ahí en adelante la introspección de cada uno de los personajes que como una pelota que se lanzan unos a otros nos presentan, vamos observando en sus vidas tanto pasadas, presentes y futuras, sus miedos, sus prejuicios, sus incertidumbres y sus más ocultos anhelos nunca satisfechos completamente.
Virgina Woolf nos narra de manera abierta, franca y brutal lo que la mujer de su época sufría sin decir: su papel social como hijas, esposas y madres, lo que de ellas se esperaba y como el aceptar una derrota personal era simplemente inadmisible.
Clarissa vive y respira de las convenciones sociales, pero su supuesta superioridad moral, social y económica es finalmente una fachada ya que interiormente se declara un fracaso.
Cada uno de los personajes es un pequeño pedazo de la misma autora y cada uno de ellos es la pieza que encaja en cada monólogo presentado dándonos una obra maestra de la literatura feminista que apenas iniciaba.
Simplemente la disfrute muchísimo más que la primera vez que la leí (porque no entendí nada) y creo que la traducción que maneja esta edición de Akal tuvo mucho que ver, porque la eleva a una prosa poética que es creo yo, lo que buscaba Woolf.
Un tip: si han tenido experiencia anterior leyendo a José Saramago entonces no se les dificultará tanto leer esta novela.