Barbara Berckhan

  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Esquivar al agresor: ignorar el ataque
    El objetivo: Ignorar el ataque
    Trucos para su aplicación: Esquiva el ataque. No le des más vueltas ni te lances a un contraataque. Tienes cosas mejores que hacer.
    Si te resulta difícil no reaccionar al ataque, puedes contestar con algunos gestos. Lo importante es involucrarse lo mínimo posible.

    Esquivar al agresor: gestos mudos
    El objetivo: Permanecer mudo y responder al ataque con el lenguaje corporal
    Después del comentario insolente miras al agresor con los ojos muy abiertos, como si tuvieras delante de ti a un extraterrestre. No pronuncies ni una sola palabra.
    Saluda amablemente con la cabeza como si te cruzaras con un viejo conocido.
    Tómate un respiro y observa al contrario con curiosidad, como si se tratara de un ser raro y exótico.
    Sonríe sabiamente como si hubieses tenido una iluminación.
    Coge papel y bolígrafo y anota el comentario insolente.
    Haz tus ejercicios de respiración. Inspira profundamente y expira muy lenta y notoriamente.
    Trucos para su aplicación: No justifiques tu comportamiento, ni siquiera si el contrario muestra signos de extrañeza. Concéntrate en la labor que estabas realizando con anterioridad. No te dejes distraer ni gastes más energía.
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Esquivar al agresor: ignorar el ataque
    El objetivo: Ignorar el ataque
    Trucos para su aplicación: Esquiva el ataque. No le des más vueltas ni te lances a un contraataque. Tienes cosas mejores que hacer.
    Si te resulta difícil no reaccionar al ataque, puedes contestar con algunos gestos. Lo importante es involucrarse lo mínimo posible.

    Esquivar al agresor: gestos mudos
    El objetivo: Permanecer mudo y responder al ataque con el lenguaje corporal
    Después del comentario insolente miras al agresor con los ojos muy abiertos, como si tuvieras delante de ti a un extraterrestre. No pronuncies ni una sola palabra.
    Saluda amablemente con la cabeza como si te cruzaras con un viejo conocido.
    Tómate un respiro y observa al contrario con curiosidad, como si se tratara de un ser raro y exótico.
    Sonríe sabiamente como si hubieses tenido una iluminación.
    Coge papel y bolígrafo y anota el comentario insolente.
    Haz tus ejercicios de respiración. Inspira profundamente y expira muy lenta y notoriamente.
    Trucos para su aplicación: No justifiques tu comportamiento, ni siquiera si el contrario muestra signos de extrañeza. Concéntrate en la labor que estabas realizando con anterioridad. No te dejes distraer ni gastes más energía.
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Esquivar al agresor: ignorar el ataque
    El objetivo: Ignorar el ataque
    Trucos para su aplicación: Esquiva el ataque. No le des más vueltas ni te lances a un contraataque. Tienes cosas mejores que hacer.
    Si te resulta difícil no reaccionar al ataque, puedes contestar con algunos gestos. Lo importante es involucrarse lo mínimo posible.

    Esquivar al agresor: gestos mudos
    El objetivo: Permanecer mudo y responder al ataque con el lenguaje corporal
    Después del comentario insolente miras al agresor con los ojos muy abiertos, como si tuvieras delante de ti a un extraterrestre. No pronuncies ni una sola palabra.
    Saluda amablemente con la cabeza como si te cruzaras con un viejo conocido.
    Tómate un respiro y observa al contrario con curiosidad, como si se tratara de un ser raro y exótico.
    Sonríe sabiamente como si hubieses tenido una iluminación.
    Coge papel y bolígrafo y anota el comentario insolente.
    Haz tus ejercicios de respiración. Inspira profundamente y expira muy lenta y notoriamente.
    Trucos para su aplicación: No justifiques tu comportamiento, ni siquiera si el contrario muestra signos de extrañeza. Concéntrate en la labor que estabas realizando con anterioridad. No te dejes distraer ni gastes más energía.
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Esquivar al agresor: ignorar el ataque
    El objetivo: Ignorar el ataque
    Trucos para su aplicación: Esquiva el ataque. No le des más vueltas ni te lances a un contraataque. Tienes cosas mejores que hacer.
    Si te resulta difícil no reaccionar al ataque, puedes contestar con algunos gestos. Lo importante es involucrarse lo mínimo posible.

    Esquivar al agresor: gestos mudos
    El objetivo: Permanecer mudo y responder al ataque con el lenguaje corporal
    Después del comentario insolente miras al agresor con los ojos muy abiertos, como si tuvieras delante de ti a un extraterrestre. No pronuncies ni una sola palabra.
    Saluda amablemente con la cabeza como si te cruzaras con un viejo conocido.
    Tómate un respiro y observa al contrario con curiosidad, como si se tratara de un ser raro y exótico.
    Sonríe sabiamente como si hubieses tenido una iluminación.
    Coge papel y bolígrafo y anota el comentario insolente.
    Haz tus ejercicios de respiración. Inspira profundamente y expira muy lenta y notoriamente.
    Trucos para su aplicación: No justifiques tu comportamiento, ni siquiera si el contrario muestra signos de extrañeza. Concéntrate en la labor que estabas realizando con anterioridad. No te dejes distraer ni gastes más energía.
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Para contrarrestar el ataque es suficiente recurrir a algún refrán al uso. Aquí tienes unos ejemplos:

    El ataque: «Lo único que pretendes es hacerte el importante».
    El refrán inadecuado: Ya lo decía mi abuela: «tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe».
    El ataque: «Tienes un aspecto espantoso esta mañana. ¿Has dormido en el pajar?».
    El refrán inadecuado: «Siempre digo que una golondrina no hace verano».
    El ataque: «Eres muy presumido, pero la presunción también es un arte».
    El refrán inadecuado: Bueno, ya lo dice el refrán: «siempre hay un roto para un descosido».
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Más refranes:
    A Dios rogando y con el mazo dando.
    A buen hambre no hay pan duro.
    Juntarse el hambre con las ganas de comer.
    Agua que no has de beber déjala correr.
    Vísteme despacio que tengo prisa.
    La suerte de la fea la bonita la desea.
    Más vale pájaro en mano que ciento volando.
    Zapatero, a tus zapatos.
    Vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer.
    Uno por otro, la casa sin barrer.
    Todo es del color del cristal con que se mira.
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Más refranes:
    «A Dios rogando y con el mazo dando».

    «A buen hambre no hay pan duro».

    «Juntarse el hambre con las ganas de comer».

    «Agua que no has de beber, déjala correr».

    «Vísteme despacio que tengo prisa».

    «La suerte de la fea, la guapa la desea».

    «Más vale pájaro en mano que ciento volando».

    «Zapatero, a tus zapatos».

    «Vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer».

    «Unos por otros, la casa sin barrer».

    «Todo es del color del cristal con que se mira».
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Algunos consejos para defenderse de las personas maleducadas
    La autodefensa comienza siempre con una declaración de independencia: no permito que mi estado de ánimo dependa de los demás. Siempre que nuestro humor y nuestros sentimientos dependen del trato que nos propinan otras personas nos encontramos atrapados como peces en el anzuelo. En el momento en que alguien tira del hilo, empezamos a agitarnos. Hasta que no consigamos mantener la calma y la cabeza fría, no seremos capaces de defendernos eficazmente. La fuerza interior reside en la capacidad de no dejarnos enredar con las rarezas de los demás. No importa cómo las dan, eres tú quien ahora decide cómo las tomas. Para ello es necesario aislarse interiormente. Este acorazamiento interior es el “escudo protector”. Tu escudo protector es un airbag personal, una protección antichoque, que procura no tomarse tan a pecho la actitud de los demás.

    Para poder protegerse es suficiente con un escudo mental.
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Construir el escudo protector:

    Recuerda una situación en la que mantuviste la calma, a pesar de que la situación era violenta e irritante. Sumérgete de nuevo mentalmente en esa situación. Imprégnate de la sensación de que los disgustos te rebotan como lo hace una pelota de ping-pong.
    Deja que te invada la sensación de que puedes protegerte mediante una especie de escudo invisible que levantas a tu alrededor.
    Imagina un escudo a través del cual puedes ver y oír como ocurre con los cristales gruesos de las oficinas bancarias.
    Elige una frase que te sirva de «música de fondo» para tu escudo protector. Incúlcate algo así como «Eso es cosa de los demás», «Eso no va conmigo» o: «Eso no me atañe».
  • Dari Gmrhar citeretsidste år
    Los signos de la impotencia
    Analicemos más de cerca el llamado vacío de poder. Las personas que lo padecen:

    Parecen cohibidas.
    Adoptan una postura ligeramente inclinada, tanto si están de pie como sentadas, y la caja torácica suele estar algo hundida.
    Tienden a encoger los hombros.
    No buscan el contacto visual.
    Sonríen muy a menudo con la intención de aplacar al interlocutor.
    Ocupan poco espacio, sus brazos y piernas se mantienen pegadas al cuerpo.
    La falta de autoridad provoca en estas personas una adaptación excesiva, que relega a un segundo término la defensa de sus derechos. Las personas que padecen el vacío de poder:

    No saben marcar los límites ni parar los pies a los demás.
    Eluden los conflictos.
    Se sienten identificadas con los demás y abandonan fácilmente sus propias metas.
    Se encuentran atrapadas en el papel de la persona amable, cariñosa y simpática.
    Tienen remordimientos de conciencia si, en alguna ocasión, logran imponerse y se niegan a acatar alguna orden.
    Les cuesta romper la relación con personas poco consideradas y violentas.
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