A estas alturas, no está de más repetir que el neoliberalismo no equivale a la economía neoclásica. Pero hay afinidades importantes entre ambas empresas. Sobre todo porque el programa neoliberal adopta los modelos técnicos de la economía neoclásica insistiendo en su posible vis normativa. Es decir, supone mercados eficientes, en equilibrio, que producen siempre el mejor resultado posible, por cuya razón siempre será preferible dejarlo funcionar sin trabas. Si hubiera que resumirlo, se me ocurre una fórmula un poco injusta pero que seguramente resulta clara: en buena medida, en este ámbito, el neoliberalismo es la economía neoclásica convertida en ideología.