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Alex Michaelides

  • Yuliana Martinezhar citeretfor 2 år siden
    Y entonces, aquella noche en Cambridge, por fin comprendí lo que había recreado sin saberlo, la mina antipersona olvidada hacía años y que de pronto yo había pisado. Gabriel era el segundo hombre que condenaba a Alicia a morir; sacar a relucir aquel primer trauma fue más de lo que ella pudo soportar, y por eso recogió el arma y completó la tan esperada venganza contra su padre, en la persona de su marido. Como yo sospechaba, el asesinato tenía unos orígenes más antiguos y más profundos que mis actos.
  • Fanny Vargashar citeretsidste år
    Dudé, pero solo por educación.
  • Bonzo Poehar citeretfor 17 dage siden
    En cuanto le pones nombre a una cosa, te impide verla en su totalidad, o ver por qué es importante. Te centras en la palabra, que en realidad es la parte más minúscula, como la punta de un iceberg.
  • Bonzo Poehar citeretfor 16 dage siden
    Intentar atrapar copos de nieve que desaparecen es de alguna manera como intentar atrapar la felicidad: un acto de posesión que al instante deja paso a la nada.
  • Bonzo Poehar citeretfor 14 dage siden
    Hay demasiado dolor en todas partes, solo que cerramos los ojos para no verlo. La verdad es que todos tenemos miedo. Nos aterrorizan los demás.
  • Yuliana Martinezhar citeretfor 2 år siden
    «¡No puedes ayudarme! —gritaban esos ojos—. Mírate, apenas si puedes hacer nada por ti mismo. Finges saber mucho y ser muy sabio, pero eres tú el que debería estar sentado aquí y no yo. Monstruo. Fraude. Mentiroso. ¡Mentiroso!»
  • Yuliana Martinezhar citeretfor 2 år siden
    No parecía humana, sino más bien un animal salvaje;
  • Yuliana Martinezhar citeretfor 2 år siden
    Alguien que no ha aprendido a contenerse se verá acosado por sentimientos de angustia el resto de su vida, unos sentimientos que Bion definió con mucho acierto como un «terror sin nombre». Y una persona así buscará sin pausa esa contención insaciable en fuentes externas: necesitará siempre una copa o un porro para aliviar un poco su angustia permanente. De ahí mi adicción a la marihuana.
  • Yuliana Martinezhar citeretfor 2 år siden
    —Y cuando digo que la odio, no quiero decir que «todo yo» la odie. Solo es una parte de mí la que odia. Se trata de mantener el contacto con ambas partes a la vez. Parte de ti amaba a Gabriel. Parte de ti lo odiaba.

    Alicia sacudió la cabeza: no. Un movimiento breve, pero claro. Por fin: una respuesta. Sentí una emoción repentina. Debería haberme detenido ahí, pero no lo hice.

    —Parte de ti lo odiaba —repetí con más firmeza.
  • Yuliana Martinezhar citeretfor 2 år siden
    «Imbécil —dije para mis adentros—. Eres un imbécil.» ¿Qué acababa de hacer? La había presionado demasiado, con demasiada intensidad y demasiado pronto. Era terriblemente poco profesional, por no decir de una ineptitud de cojones. Mi actitud desvelaba muchísimo más de mi estado mental que del de ella.

    Sin embargo, eso era lo que te hacía Alicia. Su silencio era como un espejo: te devolvía tu propio reflejo.

    Y a menudo era una visión espantosa.
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