pero el furor del entusiasmo, la rabia del dogma, el odio contra las otras religiones estropearon pronto todo lo que los primeros cristianos, imitadores de alguna manera de los esenios,
José Ricardo Ticante Ramírezhar citeretfor 2 år siden
Se habló de pasiones. «¡Ay, qué funestas son!, decía Zadig. —Son los vientos que hinchan las velas del barco, contestó el ermitaño, a veces lo sumergen; pero sin ellas no podría bogar. La bilis nos vue
Isaías Sepúlvedahar citeretsidste år
Es muy probable que la literatura nazca, en gran medida, del viaje, del relato que el nómada compartía alrededor del fuego.
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José Ricardo Ticante Ramírezhar delt en vurderingfor 2 år siden