María Estuardo

abdicación, exilio, cautiverio y muerte por decapitación en el castillo de Fotheringay, tras ser acusada de planear el asesinato de su prima, la reina Isabel I de Inglaterra.

Escrito en el día de hoy, 7 de febrero de 1587.
Firmado: María, reina.

La maldición del anciano fue escuchada y la inflexible Historia se encargó de castigar a Isabel

Que la venganza de la sangre de tus servidores, que ha sido derramada, oh, Señor Dios, sea bienvenida ante ti.

Sin embargo, en cuanto lo vio, Isabel, vestida de negro, se levantó, fue a su encuentro y, colmándolo de atenciones, le dijo que estaba dispuesta a poner todas las fuerzas de su reino a disposición de Enrique III para ayudarlo a triunfar sobre la Liga.

—Amigo mío, sé que todo lo que llevo encima os pertenece. Pero vos no haréis uso de esta cruz; dejadme, pues, que disponga de ella, os lo ruego, para dársela a esta joven, y ella os dará el doble de su valor en dinero.

Tras estas palabras, les hizo una señal de la cruz en la frente a cada una, las besó y les encomendó que rezaran por ella.

Después de mi muerte se sabrá quiénes son los autores y los perseguidores. Pero muero sin acusar a nadie, por miedo a que el Señor me escuche y me vengue.

Finalmente, mis enemigos han logrado su objetivo, que era darme muerte. Eso no me impide perdonarlos, como perdono a todos aquellos que han intentado algo contra mí.

puesto que la vejez es cosa santa y sagrada